Equipos arrendados o alquilados: Si la responsabilidad de los daños recae en el arrendador según el contrato de arrendamiento o mantenimiento, estos equipos suelen estar excluidos.

Partes de vida corta o sensibles al desgaste: Esto incluye elementos como cables, correas, cintas, válvulas, bandas, fusibles, etc., que por su naturaleza están sujetos a un desgaste rápido o son fácilmente dañables por el uso.

Daños preexistentes: Cualquier daño que el equipo ya tenía antes de la contratación del seguro generalmente no está cubierto.

Negligencia manifiesta o actos intencionales: Si el daño es resultado de una acción intencional o por negligencia grave del asegurado, no se incluye en la cobertura.

Reacción nuclear y radioactividad: Los daños causados por reacciones nucleares o exposición a la radioactividad suelen estar excluidos.

Fenómenos naturales específicos: Algunos seguros pueden excluir daños causados por eventos como erupciones volcánicas, temblores o huracanes, a menos que se haya contratado una cobertura adicional.

Fallo o interrupción de suministros: Interrupciones en el suministro de servicios como electricidad, gas o agua no suelen estar cubiertos.

Desgaste normal y corrosión: El deterioro natural por el uso, la fatiga de los materiales, la erosión y la corrosión no están cubiertos.

Pérdidas consecuenciales: Las pérdidas financieras indirectas que resultan de un daño al equipo electrónico, como la pérdida de ingresos, a menudo están excluidas a menos que se especifique lo contrario en la póliza.